La Batalla del Jarama

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Cantiles Marañosa y Río Jarama
Ilustración La Batalla del Jarama
Ilustración La Batalla del Jarama

 

 

 

 

 

 

 

 

Unas reflexiones iniciales

Desde el comienzo de la guerra se habían venido produciendo enfrentamientos entre ambos bandos con más o menos violencia. Ya se habían fajado en la toma de Badajoz, la liberación del Alcázar de Toledo, el primer intento de la toma de Madrid por la Casa de Campo y Ciudad Universitaria, el segundo intento por Boadilla, Aravaca y la Cuesta de las Perdices. Todo esto con unas fuerzas bastante desorganizadas, principalmente en el lado republicano, donde imperaba la anarquía y la falta de disciplina. Se habían unificado esfuerzos en torno a las fuerzas sindicales y partidos políticos en forma de columnas de milicianos pero cada cual actuaba siguiendo las consignas de esos sindicatos o partidos, desoyendo las del gobierno central como ya quedó de manifiesto en el asedio al Alcázar de Toledo.

Es con la llegada de Largo Caballero a la presidencia del Consejo de Ministros cuando esto comienza a cambiar. La realidad se imponía y la amalgama de milicias independientes empezaron a agruparse en torno a lo que sería el embrión del nuevo Ejército Popular de la República, aceptando unos mandos y unas órdenes pese a lo que les costara: las Brigadas Mixtas de unos 3000 hombres, que se agruparían en Divisiones (3 Brigadas con sus correspondientes servicios harían una División), y estas a su vez en Cuerpos de Ejército (3 Divisiones formarían un Cuerpo de Ejército), éstos formarían finalmente un Ejército (3 Cuerpos de Ejército compondrían un Ejército) que fue tomando variadas denominaciones como Ejército del Centro, de Levante, del Ebro, de Extremadura, etc.

Es desde octubre de 1936 que se comienza a pensar seriamente en la estructuración de un nuevo Ejército Republicano, partiendo prácticamente de cero (recordemos que en los primeros momentos de la sublevación , la República licenció a todas las tropas, en un intento de que los soldados se viesen libres de compromiso y abandonasen a los mandos que les habían obligado a sumarse al alzamiento). Hecho este muy negativo para el bando republicano y del que le costó recuperarse a fuerza incluso de subir las pagas a la soldadesca hasta la exorbitante cifra de 10 ptas/día (los salarios estaban por aquél entonces entre 1 y 3 pesetas, según la cualificación).

La agrupación de las iniciales columnas de milicianos en Brigadas Mixtas (conjunto de tropas compuestas unidades de infantería, municionamiento, intendencia, acemileros, artillería, sanidad, etc., de ahí lo de «mixtas») toma razón de ser en las primeras semanas de Enero de 1937. También desde Octubre de 1936 se habían empezado a incorporar los llamados brigadistas internacionales de todas las nacionalidades que tan buen papel desempeñaron en la defensa de Madrid y en el Jarama, de lo que nos ocuparemos a continuación.

También por parte de los sublevados se habían incorporado a su bando tropas italianas (Cuerpo de Tropas Voluntarias o simplemente CTV) así como alemanas en la denominada Legión Cóndor, principalmente en artillería y aviación. Los alemanes no enviaron tropas de infantería al combate, sí lo hizo Mussolini con su CTV.

Si hablamos de armamento, poco a poco se habían ido sustituyendo las anticuadas armas como los aviones Newport, Breguet XIX, Fokker o Junker 52 por modernos Polikarpov I-15 (chato) e I-16 (mosca/rata), Polikarpov «Natacha», Tupolev SB-2 «Katiuska», Fiat CR32 «Chirri», Messersmichdt BF-109, Heinkel 111, Savoia marchetti SM 79 y 81, etc.

También se incorporan tanques de última generación como los rusos T26 de torreta giratoria y cañón de 45mm, así como los alemanes Panzer I «negrillos» (sin cañón, solo ametralladora; estos se quedan rápidamente obsoletos con la aparición de los T26) y tanquetas italianas «ansaldo» (sin cañón, solo ametralladoras y nulo blindaje).

Por último la Legión Cóndor incorpora una agrupación artillera que incluye el mejor cañón no solo de esta guerra civil sino de toda la II GM, el 88mm, que servía para tiro antiaéreo así como contra objetivos terrestres).

mapa de la Batalla del Jarama. Lojendio
mapa de la Batalla del Jarama. Lojendio

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los prolegómenos

Es a finales de 1936 cuando el alto mando republicano comienza a pensar en una maniobra envolvente para dejar cercadas a las tropas que cercaban Madrid y así liberar la ciudad del yugo a que estaba siendo sometida desde primeros de noviembre. La idea del general Toribio Martínez Cabrera, Jefe del Estado Mayor Central republicano en Valencia era realizar un ataque en dos direcciones, una en la línea Ciempozuelos-Torrejón cortando la carretera de Toledo-Andalucía; la otra dirección sería a retaguardia de los sublevados, partiendo de la línea Torrelodones-Galapagar, de forma que cogiesen a las tropas de Varela en una especia de pinza que les axfisiara. Para ello contaba con las tropas del general Sebastián Pozas, jefe del Ejército del Centro y las del general José Miaja, Jefe de las fuerzas de la defensa de Madrid.

Pero como ocurrió a lo largo de buena parte de la guerra, el afán de propaganda y de protagonismo traicionaba una y otra vez a los políticos republicanos, que a voz en grito pregonaban y anticipaban los movimientos militares, incluso por la radio (recordemos el caso de Largo Caballero anunciando por radio el uso de los nuevos tanques T26 en una operación sobre Seseña, de infausto recuerdo para sus filas, para desesperación de los mandos militares). No habría sorpresa alguna.

Tampoco se anduvieron callados en el otro bando, quizás por prepotencia, pero el caso es que tanto los unos como los otros sabían que algo se estaba preparando en el campo contrario.

En el caso que nos ocupa más bien fue un problema de competencias entre los mandos, que de hecho se mantuvo hasta bien mediada la batalla, donde finalmente el gobierno republicano releva a Pozas el día 15 de febrero de 1937, hasta ese momento Jefe del Ejército del Centro y concede a Miaja, hasta ese momento Jefe de la defensa de Madrid, el mando unificado de las tropas con categoría de Jefe Supremo sobre un verdadero y poderoso cuerpo de ejército con cuatro divisiones. Pero hasta ese instante, se había perdido un tiempo precioso.

Hasta tal punto que fueron las tropas de Franco las que se adelantaron en los planes, considerando nuevamente la posibilidad de cercar Madrid definitivamente cortando la carretera de Valencia, evitando así la llegada de suministros que seguían aflorando desde la ciudad levantina.

Para ello se ideó un plan basado en lo que podría llamarse la «teoría del triángulo». Este tendría por base la línea formada por la carretera de Andalucía, desde el Cerro de los Ángeles hasta Ciempozuelos. Uno de los lados del triángulo sería la línea que formaba el Río Manzanares, desde Perales del Río hasta Arganda; en el otro lado del triángulo estaría la línea desde Ciempozuelos y Morata de Tajuña hasta el mismo Arganda, siguiendo la línea que forma el Río Tajuña. Una vez lograda la conquista de estas posiciones y cortada ya la carretera de Valencia, se lanzarían, remontando el Jarama, sobre la localidad de Alcalá de Henares, a confluir en la carretera de Zaragoza con las tropas italianas que habrían de iniciar por esa zona otra maniobra junto a la División Soria de Moscardó que andaba por tierras alcarreñas de Guadalajara, cerrando así la tenaza sobre Madrid.

Ficha Batalla del Jarama
Ficha Batalla del Jarama

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La concentración de tropas

Las tropas nacionales se encontraban a finales del mes de enero del 37 acantonadas en bases de partida próximas al escenario del Jarama, de forma tal que la Brigada I (Rada) estaba en Pinto, junto a la carretera de Andalucía; la Bgda II (Sáenz de Buruega) en Parla y Humanes, más al oeste, junto a la carretera de Toledo;  la Bgda III (Barrón) entre Fuenlabrada y Pinto, más al norte; la Bgda IV (Asensio) entre las carreteras de Toledo y Andalucía y en varios pueblos, Torrejón de la Calzada, Torrejón de Velasco, Esquivias, Seseña y Cubas; la Bgda V (García Escámez) se acantonaba en Valdemoro, también pegada a la carretera de Andalucía.

Los republicanos sabían desde mediados de enero que algo se estaba cociendo en el sector sur de la capital dado el trasiego de tropas enemigas desde Las Rozas y Pozuelo hacia Getafe, Valdemoro y Aranjuez, por lo que dedujeron una línea de ataque entre Vallecas y Aranjuez.

De hecho el Estado mayor republicano se plantea que los nacionales atravesarían el Manzanares en algún punto entre Vallecas, Villaverde, Rivas y Vicálvaro por lo que se apresuraron en reforzar la línea del Manzanares llevando a la 4ª División al mando de Juan Guilloto «Modesto», uno de los Jefes de Milicias más capaces y de renombre salido de las filas del 5º Regimiento comunista. Se le ordena asentarse y enlazar con la 48ª Brigada Mixta en la zona de Arganda, y más exactamente en el llamado Camino de la Salmedina, entre Perales del Río y Rivas Vaciamadrid, asegurando así la orilla izquierda del Río Manzanares hasta el Vértice Las Cumbres.

Ya el día 23 de enero, Modesto hace un informe donde deja de manifiesto la dificultad de la defensa en la zona dada la escasez de hombres de la 48ª Bg Mixta (apenas 2500 para un frente de 11 Km), falta de ametralladoras, malas comunicaciones, y todo ello con un punto que a la postre sería clave en la ofensiva: el Espolón de Rivas en los cantiles de la Marañosa, dada su proximidad a la ctra de Valencia y que, caso de caer, comprometería las comunicaciones con Valencia si cortasen ese acceso (como así ocurrió).

Por detrás de Modesto se situaría la XII Brigada Internacional como reserva de su 4ª División, con dos batallones en el cuartel de artillería de Vicálvaro y uno en Vallecas.

 

Movimientos iniciales

Antes de que enero hubiese acabado ya comienzan a moverse las tropas nacionales por la zona de Pinto avanzando hacia uno de los Vértices más importantes en la zona, Cabeza Fuerte, pero hace un tiempo de mil demonios y la lluvia y el temporal interrumpe las operaciones nada más iniciarlas, para desesperación del alto mando, que finalmente decide suspenderlas hasta que el tiempo no mejore y acantonar las tropas entre Parla y Pinto.

Más al sur las tropas de Escámez logran conquistar una difícil posición en la zona de la Cuesta de la Reina, único éxito de las tropas sublevadas en ese día.

A pesar el terreno impracticable, también los republicanos mueven ficha y nuevas unidades se incorporan al escenario. Ahora será la 11ª División de Líster la que queda aparcada en Hortaleza. Un batallón reforzaría el Puente de Toledo, y otro el Pº de Stª Mª de la Cabeza, apoyando por detrás a Modesto, más adelantado.

El 25 de enero, el general Pozas determina que el ataque principal nacionalista seguirá la línea de Getafe a Vallecas y desde Pinto a Rivas Vaciamadrid, por lo que el vértice Coberteras, en todo lo alto de la Marañosa adquiere importancia capital, así como el espolón que está justo al final de la línea de cantiles, asomándose a la esquina donde el Manzanares hace un giro brusco para ir a encontrarse con el Jarama.

Decide entonces reforzar las dos orillas del Jarama, prestando atención a varios vértices como Cumbres , Cerro Redondo y Coberteras. Mueve la 48ª Bga Mixta desde la proximidad de Perales del Río hasta las alturas de San Martín de la Vega.

Uno de los batallones de la 48ª BM se despliega en la altiplanicie de la Marañosa, siendo reforzado después con otro de la 19ª BM. Difícil papeleta la que les va a tocar jugar a estos batallones en esos primeros momentos de la ofensiva nacional.

Comienza un proceso acelerado de fortificaciones republicanas en la zona desde Vallecas a Villaverde, Perales y Marañosa.

Modesto, dadas las últimas informaciones, mueve parte de sus efectivos hasta el espolón de Rivas, casi ya en la confluencia del Manzanares con el Jarama, empalmando allí con la 48ª BM. Se reciben además varias baterías de artillería y una brigada de carros.

La XI Brigada Internacional a las órdenes de Hans Khale recibe orden de incorporarse también a este escenario con la aportación del Batallón Edgar André de mayoría alemana, el Comuna de París de mayoría francesa, el Thaelman de mayoría alemana más otro batallón español como reserva, el Asturias Heredia. La XII Brigada Internacional será la segunda que se organizó con tropas internacionales de los batallones Garibaldi compuesta por italianos, Dombrowsky compuesta por polacos y André Marty de mayoría franco-belga, que desplegará en torno a Arganda y Rivas.

La 19ª BM pone dos batallones en Arganda y otros dos refuerzan a la 48ª BM. La 23ª BM apoya también a la 48ª BM situando dos batallones en el pueblo de San Martín de la Vega.

En el sector de Ciempozuelos, la República tiene a la 18ª Brigada Mixta al completo y más en concreto el batallón Otumba cubre la zona del pueblo. En Aranjuez está la Brigada de Burillo, de plenas garantías.

Solo la 19ª BM da buenas sensaciones  a los mandos republicanos, sobre el resto muchas dudas, quedando por demostrar su valía.

Peor aún es la debilidad de las primeras líneas, las más cercanas al eje que forma la carretera de Andalucía donde pequeños destacamentos  de un batallón de vigilancia cubren posiciones de la importancia de Cabeza Fuerte, Telégrafo, Mesa y Valdecabas. Teóricamente Marañosa, Ciempozuelos y Gózquez ofrecen puntos de resistencia más significativos. Solo los flancos, Vallecas y Aranjuez están bien defendidos por Burillo y Modesto, el centro aparece como un coladero.

 

El tiempo mejora. Los nacionales toman la iniciativa

Por fin el día 5 de febrero de 1937 el tiempo mejora, el alto mando nacional formado por el general Orgaz (Jefe de la División Reforzada de Madrid) y el general Varela (Jefe del Operativo para el plan de ataque sobre el Jarama; ambos bajo las órdenes del general Jefe de la 7ª División Orgánica, general Saliquet) se reúnen en Navalcarnero y deciden que el ataque hay que iniciarlo ya, al día siguiente.

Para ello disponen de una fuerza poderosa con 35 batallones, de ellos inicialmente 24; 15 escuadrones; 31 baterías artilleras; 8 compañías de zapadores; 2 compañías de carros, y sus correspondientes servicios auxiliares de intendencia, municionamiento, sanidad, acemileros, artilleros, etc. (Descripción que realiza en su libro «La Batalla de Madrid» el que fuera jefe de Estado Mayor del gral Varela y profesor de la Escuela Superior del Ejército, Comandante Gregorio López Muñiz).

En definitiva no menos de 20.000 hombres para iniciar el ambicioso plan de ataque, con tropas de élite que incluyen Tabores de Regulares, Banderas de la Legión y Tercios de Requetés., divididos en estas Brigadas:

Brigada I → Coronel Rada

Brigada II → Coronel Sáenz de Buruaga

Brigada III → Coronel Barrón

Brigada IV → Coronel Asensio

Brigada V → Coronel García Escámez

mandos nacionales en el Jarama
mandos nacionales en el Jarama

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por parte republicana, López Muñiz, Jefe EM de Varela, habla en su libro de unos 24 batallones a la defensiva en la zona de actuación, a los que habría que añadir las reservas generales y las que pueden acudir de otros frentes. Para el alto mando rojo, la batalla adquirió una importancia fuera de toda duda. Muñiz calcula entre 60 a 70 los batallones que utilizaron las fuerzas republicanas a lo largo de toda la batalla, cerca de 35.000 soldados

 

mandos republicanos en el Jarama
mandos republicanos en el Jarama

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA BATALLA

1ª FASE: AVANCE HASTA EL RÍO JARAMA [del 5 al 9 de febrero]

 

Batalla del Jarama. 1ª Fase
Batalla del Jarama. 1ª Fase

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Muñiz habla de un objetivo claro para esta primera fase, avanzar hasta alcanzar el Jarama, y asegurar los flancos, el izquierdo en la Marañosa, y el derecho por Ciempozuelos. Para ellos se determinan tres direcciones de ataque: la primera partiendo de Pinto hacia el Vértice Cabeza Fuerte llegando hasta la Marañosa y Vértice Coberteras, siendo  realizada por la Bgda I de Rada; la segunda iría en dirección al pequeño poblado de Gózquez y lo haría Sáenz de Buruga con su Bgda II (aunque inicialmente estaba designado Barrón, pero el gral Orgaz hizo el cambio a última hora), acompañado por la caballería del Tt Cl Cebollino; la tercera dirección iría hacia el pueblecito de San Martín de la Vega y lo haría la Bgda IV de Asensio partiendo de Valdemoro, lo que implicaría tomar los Vértices Telégrafo, Mesa y Valdecabras.

La V Bgada de Escámez se mantendría en reserva en el flanco derecho del ataque y a Barrón se le ordena destacar uno de sus regimientos en apoyo de Rada, mientras su otro Rgto queda de reserva en Pinto.

Las hostilidades comienzan con una acción preparatoria el día 5 de febrero a cargo de la V Bgda de García Escámez que ordena el avance con una compañía de carros en cabeza al que sigue la infantería. El ataque es tan enérgico que pilla de sorpresa a la 18ª BM aniquilando a la mayor parte de sus componentes.

Muñiz habla de «…1.300 cadáveres muertos en el campo, siendo muy pocos los milicianos que consiguen escapar con vida. Tan inesperada ha sido la acción y tan total la destrucción de las fuerzas, que el mando rojo cree aún al siguiente día que Ciempozuelos está aún en su poder».

 6 de febrero

Son los momentos en que más penetración logran los nacionales y en menos tiempo a lo largo de toda la ofensiva. Las posiciones débilmente defendidas por los republicanos caen en las primeras horas. especialmente el Vértice Cabeza Fuerte que es tomado por los soldados de Rada y su Bgda I partiendo de Pinto a las 7h de la mañana. Hay vía libre a la Marañosa donde existen unas instalaciones de una fábrica de productos químicos que ya se habían utilizado para fabricar gas mostaza, que sería utilizado en la guerra de Marruecos contra las tribus rebeldes.

La Bgda II de Buruega también partiendo de Pinto realiza un avance fulgurante hasta el pueblecito de Gózquez de Arriba, sobrepasando el Vértice Mesa.

Y más al sur, será Asensio y su BGda IV los que avancen partiendo de Valdemoro, reduciendo las resistencias del Vértice Telégrafo.

A las 17h de la tarde se logra tomar el complejo químico de la Marañosa y a las 18:10h Varela daba por concluidas las operaciones de esta jornada, regresando a Pinto a pasar la noche con una razonable satisfacción: 105 bajas propias y dos Brigadas enemigas al borde de la extención, la 18ª y la 48ª.

 7 de febrero

En el centro Buruaga y su III Bgda tiene una jornada plácida al haber desaparecido las resistencias, el enemigo ha huido y se llega a las alturas desde donde se domina San Martin de la Vega, ya próximo.

Por el flanco izquierdo, Rada aumenta sus dificultades frente al Vértice Coberteras ya que los milicianos han reforzado la línea con la 19ª BM. esta brigada ofrece una resistencia numantina colgados literalmente sobre los cortados de los cantiles que existen entre los Ríos Manzanares y Jarama. Rada, que había dejando guarniciones en las posiciones que se habían ido conquistando desde su salida de Pinto, no logra vencer las resistencias y el general Orgaz ordena que la columna Barrón, que sigue de reserva en Pinto se traslade a la Marañosa a última hora de este día 7.

Los mandos nacionales se van a dormir este día con grandes preocupaciones por la fortísima resistencia encontrada en el espolón de Vaciamadrid y Coberteras, además de que en el cielo negros nubarrones vuelven a anunciar lluvias.

8 de febrero

La tierra arcillosa de de la zona se convierte en un lodazal donde hombres, animales y vehículos se hunden sin poder maniobrar.

Hoy el objetivo es el Vértice Coberteras sobre los cantiles de la Marañosa. Dirigirá la operación el mismísimo general Varela participando unidades de Rada y Barrón, que tras una corta y fotísima preparación artillera se lanzan al asalto de las posiciones republicanas. El enemigo, superado, acaba huyendo de la zona, corriendo por entre los barrancos que dan acceso al llano, junto a la margen derecha del Jarama.

Con esta jornada se han logrado objetivos valiosos, y la artillería nacional se ha quedado instalada en lo alto de Cobeteras, jugando un papel crucial en las jornadas sucesivas como apoyo a las Brigadas propias, además de lograr el corte de la carretera de Valencia en un tramo de unos 4 Km, obligando así al desvío del tráfico Madrid-Valencia-Madrid por carreteras secundarias: Villarejo de Salvanés-Tielmes-Valdilecha-Pozuelo del Rey-Torre de la Alameda-Alcalá de Henares-Madrid; los de salida lo harán siguiendo el trayecto Torrejón-Loeches-Campo Real-Perales de Tajuña.

 

9 de febrero

Continúa el mal tiempo, apenas una sendilla borrosa comunica las fuerzas de Asensio con las de Barrón y Rada, a través de barrancos y zonas escarpadas. El barro se pega a botas, ruedas y pezuñas por igual convirtiendo el suelo en una pista de patinaje bien peligrosa.

Los zapadores tratan de montar tablones y troncos sobre las partes más comprometidas. Así se pasa el día hasta que por la tarde el cielo abre, aparece el sol, y el terreno comienza a secarse con la misma rapidez con la que se enlodó.

Esta jornada y la siguiente son de preparativos, de idas y venidas de órdenes a las unidades, de planificación del paso del Jarama. La segunda fase, el paso del río, es lo que ya preocupa al alto mando nacional

Hay diversos intentos republicanos para reconquistar el espolón de Vaciamadrid y Coberteras pero con muy poca convicción, más bien  para tratar de cumplir el expediente de obedecer las órdenes que llegaron de Valencia, por parte del general Martínez Cabrera.

 

2ª FASE: EL PASO DEL RÍO JARAMA [del 10 al 12 de febrero]

 

Batalla del Jarama. 2ª Fase, el paso del Río
Batalla del Jarama. 2ª Fase, el paso del Río

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los Republicanos pasan a reordenar sus fuerzas creando la llamada «Agrupación Arganda» quedando constituida por: la 19ª BM, 1 batallón de carabineros de la 48ª BM,  dos batallones de la 17ª BM. otros dos de la XIX B Internacional, un grupo de infantería de asalto de la 9ª División, un escuadrón, una compañía de carros rusos y cuatro baterías de calibres 77, 11, 43 y 105 Wickers. El mando será del Coronel Mena y su misión nada menos que cubrir el frente desde Perales del Río hasta 3 Km más al sur de San Martín de la Vega, mostrando especial atención a los puentes sobre el Jarama.

 

10 y 11 de febrero

Esta jornada al igual que la anterior es de forzada inactividad por las lluvias, pero Varela no para y se va con su caballo y su jefe de la sección de Operaciones a reconocer el terreno, llegando a las siguientes conclusiones:

  • el Jarama no se puede vadear por la corrinte crecida que llevaba consecuencia de las lluvias
  • los republicanos han retirado todas sus fuerzas al otro lado del río, margen izquierda, dejando una fuerte guardia en los dos puentes: Pindoque y San Martín
  • el puente de Pindoque es el más cercano a las líneas propias y resulta fácil aproximarse sin ser vistos dada la tupida vegetación de ribera que lo bordea.
  • la maniobra se hace más fácil en el terreno que se abre una vez sobrepasado el puente de Pindoque, dado que frente al de San Martin existen unos pétreos acantilados imposibles de sobrepasar, además de que la obervación propia artillera es más fácil en la zona de Pindoque, apoyando a la infantería en su avance.

Consecuencia de ese reconocimniento del terreno, Varela toma las siguientes decisiones:

  • ataque por sorpresa al puente Pindoque mediante un golpe de mano de las tropas de Barrón
  • despliegue rápido de la caballería, una vez pasado al otro lado del Jarama, hasta el Vértice Pajares
  • paso del puente por las tropas de Buruaga que desplegará en el flanco derecho de Barrón, siendo cubiertos por éste
  • ataque por sorpresa al puente de San Martín mediante un nuevo golpe de mano por las tropas de Asensio, conservándolo a toda costa al ser fundamental para mantener las comunicaciones entre ambas orillas

 

En la madrugada del día 10 al 11, tropas selectas del I Tabor de Tiradores de Ifni al mando del Cmdte Molero se aprestan bajando por las barrancadas hasta situarse en la orilla derecha del Jarama, a cubierto con la abundante vegetación de ribera. Les siguen de cerca una compañía de zapadores expedicionaria de Larache que acompañará a la infantería para destruir los cables y todo tipo de material previsto para la voladura del puente.

Conviene aclarar que en una operación de estas características no atacan todas las fuerzas al unísono, hay unos escalones de actuación de la unidad que podemos articularlos así: extrema vanguardia compuesta por un pelotón de unos 10 soldados (los más expuestos) junto a una escuadra de zapadores (unos 4 o 5 hombres); vanguardia, con una compañía (unos 80 hombres al principio de la guerra, luego se irían añadiendo más elementos hasta formar compañías de 120 o 130 soldados) menos los elementos que formaban parte de la extrema vanguardia  y el resto de la sección de zapadores.

 

el asalto al puente de Pindoque

puente de Pindoque sobre el Jarama
puente de Pindoque sobre el Jarama

A la 1:30h de la madrugada comienza la aproximación en el más completo silencio. Sombras fantasmagóricas se deslizan por los barrancos entre los cantiles escarpados de la Marañosa.

Juan Eslava Galán en su libro «Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie» (Ed Booket de bolsillo, Cap 30, pags 187-188) hace una descripción curiosa por lo pormenorizada en cuanto a que facilita hasta los nombres de los asaltantes y los de los soldados de vigilancia que caen en el puente (de dónde ha podido sacar esa información lo desconozco pero resulta emocionante su lectura en cualquier caso).

Como tal paso a escribir textualmente su descripción: «En la madrugada del día 10, el moro Abdel Faye, descalzo, se acerca sigilosamente por los cañaverales del Jarama seguido de otros cinco guerreros de su cabila, su tío y sus cuatro primos. Encima del puente distinguen las siluetas de tres centinelas arrebujados en pesados tabardos que pasean para espantar el frío. Los moros alcanzan el primer pilar del puente. Abdel les concede un respiro, señala al que debe acompañarlo, Mohamed, y a los otros les indica, por señas, que crucen bajo el puente y suban por el lado opuesto. Abdel y Mohamed reptan por el escarpe hasta el nivel superior. El puente de piedra y cemento, solo sostiene los raíles del tren y una estrecha pasarela de planchas de hierro para los peatones. Los moros acechan el momento propicio. Cuando dos de los centinelas se acercan al extremo del puente caen sobre ellos y los degüellan silenciosamente con sus cuchillos curvos, como corderos en el Ramadán. Al internacional Rudolf  Svidran, antes de zambullirse en la nada, acaso le asalte la imagen de otro puente, el de Mánesuv, en Praga, donde se citaba con su enamorada Marie Krist después de la escuela.

En el extremo opuesto del Pindoque, el voluntario francés Marcel Dupont dormita apoyado en su fusil con su bayoneta. El moro que se le acerca por la espalda sólo tiene que sujetarle el fusil contra el pecho con una mano mientras con la otra le empuja la visera posterior del casco de acero para clavarle su propia bayoneta en la garganta. 

restos puente PINDOQUE
restos puente PINDOQUE

El moro sostiene al centinela en su caída. Se le sube encima inmovilizándolo con su peso para evitar que haga ruido mientras agoniza. Le abre la garganta con el cuchillo para acelerar la muerte. Después se incorpora a medias e imita el grito de la lechuza, para avisar de que el puente está despejado. 

Una docena de siluetas se incorporan y corren a lo largo de la pasarela. Un centinela republicano más lejano advierte la presencia del enemigo y dispara. – ¡los fascistas!. Suenan las alarmas. El destacamento encargado del puente se dispone a volarlo. Demasiado tarde. Está en manos de los nacionales. Los moros se abren paso por la orilla republicana con bombas de mano, profiriendo sus alaridos de guerra».

Lo que se desprende del relato y por lo que cuentan otros autores, había dos centinelas sobre el puente realizando paseos, mientras que un tercero estaba en la orilla republicana medio dormido.

Me resulta incomprensible los fallos en la defensa de esta posición. Por ejemplo, no entiendo, que siendo un punto tan importantísimo, no se hubiesen puesto «escuchas» al otro lado del río. La vigilancia tenía que haber sido numerosa, con varios centinelas en el lado opuesto del puente, en constante contacto con los que estaban encima del mismo paseando, y enlazados por al menos otros dos centinelas en el lado propio. No menos de un pelotón de hombres tenía que haber estado alerta, teniendo en cuenta que estaba alli la 2ª compañía del Batallón André Marty de la XII Bgda Internacional.

Tampoco entiendo qué hacían los puestos de ametralladoras, ya que al parecer, y según documentación como la del escritor José Manuel García Ramírez en su libro «La batalla del Jarama. Febrero 1937» habla de tres puestos de Maxim´s. Cito textualmente de su página 182: «Los sirvientes de las ametralladoras, tres maxim, no han tenido tiempo de utilizarlas y los que no han sido degollados las abandonan huyendo hacia la cercana casa del guarda».

Cómo estaban emplazadas esas ametralladoras sería objeto interesante de análisis, y cómo es posible que nadie reaccionase ni se enterase de nada hasta el último momento es otro enigma, solo explicable si los sirvientes estuviesen dormitando, aspecto este inexplicable, no ya por la falta de disciplina entre los soldados, peor aún entre los mandos, pero mucho peor si se tiene en cuenta que se estaban jugando la vida propia y de los compañeros en una posición tan expuesta frente al enemigo.

Pocos se salvaron, 80 dejaron su vida para siempre entre los cañaverales del Jarama, y unos 4 o 5 lograron retroceder a sus líneas no sin antes lograr la voladura parcial del puente, pero solo en el tramo más cercano a la orilla republicana, ya que el resto de cargas fueron desactivadas. El puente se elevó sobre sí mismo y cayó prácticamente en el mismo sitio sin lograr su destrucción ni impedir que las tropas de Barrón pasaran y formaran una cabeza de puente.

Le toca ahora a la caballería de Cebollino, un superviviente del glorioso Regimiento Alcántara (aquél que se sacrificó hasta lo indecible protegiendo la caótica retirada del Ejército Español en Marruecos tras el desastre de Annual). Se da la orden de cruce del puente no sin antes hacerle ver a Varela la dificultad de la empresa, a lo que responde el general: «es necesario».

Los jinetes comienzan a pasar llevando de las bridas a los caballos, por el lateral del puente, ya que por en medio iban las traviesas del ferrocarril de vía estrecha de la azucarera de la Poveda. Algunos caen al vacío siendo arrastrados por la fuerte corriente, y eso gracias a que la artillería no había concentrado sus fuegos sobre el lugar de forma clara, aunque algunas granadas ya impactaban en la zona, y los aviones I-16 Polikarpov se empezaron a hacer notar haciendo pasadas de ametralladora, lo que dio un carácter más dramático a la situación. Pero la cabeza de puente se seguía consolidando. A las 10:00h aparece una avanzadilla de tanques T26B en la llanura, como avanzadilla de otros 20 que avanzaban desde Vaciamadrid, situándose a escasos 600 metros de los nacionales. es el contraataque republicano.

Será la artillería nacional desde lo alto de la Marañosa, además de varios antitanques bien situados los que ahuyentan a los tanques rusos quedando varios ardiendo. La aviación republicana vuelve a la carga y son hasta 16 cazas I-16 «moscas» y 3 bombarderos tipo «katiuska» que partieron del aeródromo conquense de San Clemente los que se precipitan sobre Pindoque sembrando aún más el caos.

 Se produce uno de los episodios prácticamente único a lo largo del resto de la guerra, el capitán Millana que había cruzado con su escuadrón el río, ordena a sus jinetes montar a caballo y lanza a continuación una carga de caballería desplegados en línea de a cuatro que les lleva hasta el Vértice Pajares, entablando cuerpo a cuerpo con los defensores republicanos allí existentes. Les siguen la 1ª Bandera de la Legión y el Tabor de Ifni-Sahara además del resto de jinetes del Regimiento

 Al final de ese día 11, unidades de Buruaga comienzan el paso del río pero es suspendido el traslado cuando cae la noche, por lo peligroso del operativo.

Por la mañana de este mismo día 11, Asensio inicia su avance al amanecer, franquea el canal del Jarama y ocupa San Martín de la Vega. Se acercan al puente sobre el Jarama pero son recibidos con nutrido fuego de ametralladoras desde el otro lado.

Cae la noche en el Jarama, se oye a lo lejos el himno de la Legión cantado a pleno pulmón por la gente de la 1ª Bandera en torno al cadáver de su comandante Alvarez Entrena sobre las posiciones conquistadas de Vértice Pajares.

12 de febrero, se repite el golpe de mano sobre el puente de San Martín

Mientras tanto Asensio planea para aquella madrugada del 11 al 12 de febrero una acción similar a la que llevó a Barrón a conquistar el puente de Pindoque. Será en esta ocasión la 2 y 3ª compañías del el III Tabor de Regulares de Tetuán quienes avanzan con sigilo entre las huertas colocándose sobre las arcadas del puente en completo sigilo.

A las 4 de la madrugada se inicia la operación. Como siempre los moros se aproximan siguiendo su técnica en el combate, sigilo y paciencia. En minutos desactivan a los centinelas y se extienden rodeando por el flanco a los hombres de la 17ª BM. Comienza el ataque de los regulares con granadas de mano, sorprendiendo una vez más a los republicanos que apenas tiene tiempo de reaccionar.

Cruzan varios batallones de la IV Brigada de Asensio, y a las 12h de la mañana, la VIII Bandera del Tercio de la Legión tiene tomado el Vértice Pingarrón en un avance fulgurante, sin encontrar apenas resistencias.

The suicide Hills, The Konical Hill, The Knoll

Asensio continúa su progresión sin sospechar que avanzaban en sentido contrario fuerzas de la XV Brigada Internacional del general «Gal» (George Nathan su jefe de estado Mayor) que acababa de llegar a Morata aquella misma mañana. Los habían llevado en camiones hasta una Venta llamada de Frascuelo, donde se establece lo que serían las cocinas del Batallón Británico (The Cookhouse) y desde donde van a partir sus 4 compañías.

Konica Hill. Batalla de el Jarama
Konica Hill. Batalla de el Jarama
Colina Knoll. Batalla de el Jarama
Colina Knoll. Batalla de el Jarama

El despliegue de la Brigada se haría de la siguiente forma, por la izquierda iría el Batallón Británico con su jefe Tom Wintringham y el comisario George Aitken, dejando a su derecha la carretera de Morata a San Martín. Justo al otro lado de esa carretera desplegaría el Batallón franco-belga del «6 de Febrero», separados unos 500 metros, que sería el centro de la Brigada, y un poco más a la derecha, flanco derecho por tanto, se situarían los voluntarios de los países balcánicos «Dimitrov», para enlazar con los del «Comuna de París» que ya pertenecían a la XI Bgda Internacional.

Colinas del Suicidio. Batalla de el Jarama
Colinas del Suicidio. Batalla de el Jarama

Los primeros en encontrarse con el enemigo son los del «6 de febrero», se produce un choque sangriento y ante el peligro de envolvimiento se repliegan. Un poco más a la derecha los «Dimitrov» también se topan con los nacionales de Buruaga, entablando combate durante todo el día, de forma que hasta en cinco ocasiones se conquistan posiciones y en otras cinco se vuelven a perder.

Un poco más retrasado en su avance lo hace el «British Batallion». Podemos ver el despliegue que hacen en este pequeño esquema:

despliegue de las 4 cías. del British Batallion
despliegue de las 4 cías. del British Batallion

Partiendo de la «Cookhouse», a la derecha del esquema, el despliegue se hace a la izquierda de la ctra Morata a San Martín. La 1ª cía de Kit Congway sube pegado a la ctra y alcanza la Cota 660 conocida como «Conical Hill», a caballo entre las colinas del suicidio y otra pequeña colina pegada a la ctra conocida luego como «The Knoll».

La 2ª cía de Harry Fry se desplegó a la altura de la cornisa que formaba la Cota 700, asomándose al Valle del Jarama. Las compañías 3ª al mando de  Ken Stalker y 4ª al mando de Bert Overton desplegaron sobre la llamada «casa blanca» (una casa de campo con tejado de teja roja, situada en lo alto de las colinas del suicidio).

Apenas llegaron las cías 3ª y 4ª a sus posiciones, apareció el enemigo desplegado en formación abierta de combate. La colina «Knoll» es tomada por los moros donde instalan sus ametralladoras que baten de flanco a los británicos que se retiraban de las colinas de la «Casa Blanca»

Lo que pasó a partir de este momento hasta el final de la jornada es surrealista, más propio de una película de ciencia ficción. La cía de Fry dispara sus ametralladoras y se da cuenta que están cargadas con munición equivocada. Durante 7 horas los del British tienen que contener a tiro de fusil a los moros de Asensio. Cuando al fin cargan las ametralladoras con la munición correcta, los moros avanzaban confiados por la vaguada, superada ya la «Konica Hill». El fuego inesperado de los internacionales provoca grandes clareos en sus filas y retroceden a la carrera.

Las colinas de la «Casa Blanca» son bombardeadas produciendo enormes bajas entre los internacionales británicos. Al final del día cerca de 225 han perdido la vida de un total de 600 que comenzaron la jornada. Congway, jefe de la 1ª cía y Briskey, jefe de la 2ª, caen en combate. Overton, jefe de la 4ª resulta herido. Solo Fry se salva aunque es capturado junto a parte de sus hombres.

Los balcánicos del «Dimitrov» presentan 75, 8 y 159 efectivos de sus tres compañías, además de los 90 de su cía de ametralladoras.

Los nacionales presentan 468 bajas de Buruaga, 146 en la columna de Barrón y 104 en la de Asensio. Los camiones no dejan de llevar muertos y heridos a los hospitales de Griñón, Leganés y Pinto.

Varela se reúne con Orgaz por la noche en Gózquez y sopesan los pros y los contras de la situación. Se han empeñado todas las tropas disponibles y las bajas son respetables, no teniendo capacidad de reponerlas como hacen los republicanos, pero deciden continuar la progresión al día siguiente.

Los republicanos dejan dispuesto el traslado de la XIV Bgda Internacional del general «Walter» y de la Bgda I del comandante Manuel López Iglesias de la División de Líster al teatro de operaciones. Se trata urgentemente de cubrir el flanco izquierdo de los británicos, que durante toda la jornada ha estado desprotegido, sin llegar a saberlo las tropas de Asensio.

La jornada acaba sin que los soldados de Varela hayan logrando dominar la Cota 700, la meseta que una vez superada dejaría libre la bajada al Valle del Tajuña y Morata. Se ha combatido bravamente, no se les puede reprochar nada a unos y otros, pero los internacionales han logrado parar la ofensiva, justo a tiempo, a costa de grandes esfuerzos.

3ª FASE: LA BATALLA DE DESGASTE [del 13 al 27 de febrero]

Batalla del Jarama.3 ª Fase, el desgaste
Batalla del Jarama.3 ª Fase, el desgaste

13 de febrero

Los nacionales inician su avance, Barrón por la izquierda despliega la caballería que alcanza las alturas al sur de Valdeperdices, sin llegar a tomarlo en ningún momento. En el centro Buruaga progresa por su flanco izquierdo, no así por el derecho que se atasca. La lucha entre los olivares es infernal. Tiradores republicanos ocultos entre las ramas de los árboles disparan a placer sobre la infantería nacional, siendo muy difícil localizarles. Tanques T26B aparecen disparando su cañón de 45mm y ametralladora, retrocediendo inmediatamente para no ser localizados y destruidos por la artillería antitanque.

Las tropas de Asensio intentan enlazar por su izquierda con las de Buruaga sin conseguirlo, y en su sector derecho la Cota 700 en el altiplano que se extiende frente al Pingarrón es el objetivo preciado al que se dirigen los esfuerzos sin lograr éxito alguno. Los republicanos están bien cerrados y defienden el terreno con uñas y dientes.

14 de febrero, «el día triste del Jarama»

Llamado así por el mismísimo López Muñiz, Jefe del Estado Mayor de Varela, consistió en que las tropas nacionales tuvieron que soportar sucesivos y violentos contraataques en toda la línea del frente, principalmente por el centro. La lucha entre los olivares alcanza momentos épicos, con los tanques de Paulov apoyando a las fuerzas republicanas, que cierra más de una brecha abierta entre sus filas y además logra causar el terror en no pocos momentos entre las filas legionarias e indígenas de regulares.

ataque republicano con tanques T26
ataque republicano con tanques T26

Los republicanos intentan dejar aisladas a las tropas nacionales en la margen izquierda del Jarama. Por el centro las líneas nacionales son rotas. Solo la actuación personal del Coronel Sáenz de Buruaga, fúsil en mano, logrando reunir un puñado de soldados, entre personal de ingenieros, asistentes, enlaces y escribientes se lanzan a un contraataque desesperado que hace retirarse a los rojos a posiciones más retrasadas.

Solo la artillería y actuaciones personales como la descrita lograron evitar el desastre aquella jornada del día 14 de febrero para el bando nacional. Al carecer de reservas solo se podía recurrir a lo comentado, no obstante haber adivinado por parte de Varela la proximidad de la reacción enemiga. En realidad, Orgaz solo pudo enviar a la V Bandera de la Legión como apoyo al sector centro de Buruaga donde se habían roto las líneas y a duras penas se logró cerrar la brecha.

Aquella noche, Varela envía a su Jefe de EM Cmdte López Muñiz a informar al general Orgaz, al no querer abandonar su puesto de mando. Pide a Orgaz que no se hagan nuevos intentos de avance, ya que sería temerario por el desgaste de las tropas que apenas si pueden mantenerse a la defensiva.

 Sin embargo Orgaz había recibido instrucciones del alto mando donde se le indicaba la imposibilidad absoluta de contar con nuevas tropas, a la vez que se reiteraba la orden de continuar la maniobra, pues así lo exige la situación de conjunto de la guerra. Y así acabó ese día fatídico.

 15 de febrero

A partir de te día bien puede decirse que el mando nacional abandona la idea ofensiva y se intenta sobrepasar la zona de olivares, creyendo que una vez sobrepasada la cosa sería mucho más fácil.

Por el centro, Buruaga lanza su reserva recién adjudicada de la V Bandera de la Legión contra la llamada «casa de la radio».

Estado en que quedó la Casa de la Radio después de la Batalla del Jarama
Estado en que quedó la Casa de la Radio después de la Batalla del Jarama
"Casa de la Radio" antes de la Batalla del Jarama
«Casa de la Radio» antes de la Batalla del Jarama

Se logra la conquista de la «casa de la radio» con grandes pérdidas para Buruaga, en el centro del dispositivo. Por la derecha Asensio se lanza a la meseta, sobre la Cota 700 que es defendida con ardor por los rojos, pero la línea está a punto de caer.

De hecho se produce una desbandada republicana que comienza a retroceder hasta prácticamente el cruce de carreteras de Chinchón, con la de Morata-San Martín, donde los mandos, pistola en mano, logran reagrupar a las fuerzas y hacerlas que suban de nuevo a la meseta de la cota 700.

Solo se sostiene el frente gracias a que no hay más reservas para añadir al impulso ofensivo de los nacionales. Los republicanos se han defendido con tesón y honor, y la batalla no da más de sí, por el momento. A punto de alcanzar el valle del Tajuña los intervinientes están agotados físicamente.

Se reorganiza el mando republicano, imponiéndose la necesidad de un mando único, de tal forma que el gobierno de Valencia releva al general Pozas y da el mando a Miaja, que a su vez cesa al Coronel Mena, siendo sustituido por Burillo.

Se constituyen 4 divisiones:

División A (general Walter):

zona actuación →desde Arganda al Vértice Pajares

Bgadas → XIV Internacional; 5 de carabineros; XII Internacional (Lukacs); PUA

División B (general Gal):

zona actuación → Desde Vértice Pajares hasta Morata de Tajuña

Bgdas → XV Internacional (Kopic), XI Internacional (Khale); 17 de Madroñero;

Líster varió la composición incluyendo a la 24ª BM y excluyendo a la XV

División C (Líster):

zona actuación → de Morata a Titulcia

Bgdas → 1ª BM; la reorganizada 18ª BM; 23ª BM

División D (Cl Juan Arce):

zona actuación → desde Titulcia a la confluencia del Jarama con el Tajo

Bgdas → 45ª BM; batallones anarquistas «Casa del Pueblo», «Vanguardia Roja», «Temple» y «Rebeldía»; 2 batallones de carabineros; un grupo de guardias de asalto.

Se contaba también, además de estas 4 divisiones, con la Agrupación Modesto, que enlazaba las fuerzas de Madrid con las situadas en la desembocadura del Manzanares y el Jarama.

zona de actuación → desde Perales del Río hasta el paraje de la Torrecilla, cerca del espolón de vaciamadrid

Brigadas que la componen → serán la 36ª y 41ª BM, la 19ª, el batallón de carabineros de la 48, la Brigada E de «el Campesino», el batallón del «Frente de la Juventud» y una cía de carros de combate.

Esta Agrupación tan fuerte tenía que mantener a toda costa el Vértice Piul, que está justo detrás del puente viejo de Arganda, y el V. Cumbre,por detrás de la línea republicana del eje Vaciamadrid-Perales del Río.

16 de febrero

Los nacionales pasan a la defensiva en todo el frente para garantizar las posiciones alcanzadas.

Es llamado de urgencia García Morato, el as de la aviación franquista, sacándole del frente de Andalucía. Hasta el momento la aviación republicana es la que había dominado el cielo. Los aparatos italianos de caza que acompañaban a los bombardeos se daban la vuelta en cuanto llegaban al espacio aéreo rojo.

La llegada de Morato cambió el escenario, y la única idea que se le ocurrió fue que cuando se volviese a producir esa situación, su grupo se lanzaría al encuentro de los cazas republicanos tratando así de que cundiese el ejemplo entre los aviadores de Mussolini. Dicho y hecho; efectivamente los pilotos italianos volvieron de nuevo al escenario y combatieron junto a los españoles contra los rápidos I-16 «chatos» y los I-15 «moscas» logrando abatir diversos aparatos enemigos. Desde ese día la supremacía ya no sería de la República en los cielos del Jarama, manteniendo una situación muy equilibrada hasta el final de la batalla.

Se incorporan a la XV Bgda Internacional ya en la noche, los 400 soldados del batallón Lincoln al mando de Robert Merriman. Recibieron como práctica de combate un cargador de 5 balas, que sirvió para probar sus fusiles, y eso fue todo lo que recibieron para entrar en combate a continuación.

Los nacionales han tenido en la jornada cerca de 500 bajas, una barbaridad si se quiere seguir los combates en los días siguientes.

17 de febrero

La aparición de los americanos en el frente es surrealista. De hecho como decíamos, se incorporan por la noche y les llevan a a las afueras de Morata donde les hacen ocupar una posición elevada y cavar trincheras. No llevan palas ni picos, y han de hacerlo a mano, con las bayonetas y los cascos. Al amanecer se dan cuenta que están en lo alto de una cresta y son descubiertos, al recortase su posición en el horizonte, por la observación enemiga que los bombardea. Este lugar aún es visible desde el google earth, y es visitable. Se encuentra en un pequeño cerro en el cruce de carreteras de Morata-San Martín, con la que se desvía a coger la ctra de Valencia, por la cementera Portland. Es de forma triangular y aunque solo hay eso y es poco profundo, un estremecimiento recorre el cuerpo por la emoción cuando estuve allí. Está muy cerca de la vía verde de Arganda-Morata, junto al cruce mencionado.

Miembros del Batallón Lincoln
Miembros del Batallón Lincoln

Despúes, uno de los camiones que les acerca a la linea de fuego sufre un despiste y se va por un camino diferente, se acaban metiendo en la zona de Barrón, cerca del Vértice Pajares, siendo cazados con fuego de ametralladora, salvándose solo 5 que huyen aprovechando las sombras aún de la noche.

Se les asigna el sector del Pingarrón, uno de los lugares más comprometidos de toda la batalla como veremos a continuación

Los nacionales reciben al fin refuerzos y los combates se intensifican en el centro y en el Pingarrón. Barrón es rechazado y Buruaga herido tiene que sustituirle García Escámez. En el sector del espolón de Rivas, Modesto acomete la Marañosa para que los nacionales detraigan tropas del sector central del Jarama, y Rada  le aguanta. Asensio es también atacado en su sector. Los combates son cruentos.

18 de febrero

A las 2:40h de la madrugada de este día, el gral Orgaz, jefe del mando nacional en el Jarama y jefe de Varela, envía un comunicado a Emilio Mola dando cuenta del elevado número de bajas y que la situación es realmente grave. Pide que se descongestione e frente y se inicien las operaciones en Guadalajara, por la parte de Sigüenza.

En el Jarama, a las 7:30h Modesto ataca entre la niebla el espolón de la Marañosa y su Vértice Coberteras sin ningún tipo de preparación artillera para intentar la sorpresa pero fracasa; vuelve a intentarlo a las 12h pero los asaltos son detenidos. Las bajas en ambos bandos son enormes. Todos los sectores nacionales tienen que soportar la contraofensiva roja, viéndose en enormes dificultades para aguantar el frente.

A las 17h comienzan los ataques de Líster sobre Pingarrón, cumpliendo así la instrucción de Miaja de atacar el vértice tan pronto lo permita el estado físico y moral.

 El general Kindelán, jefe de la aviación nacional, pide para Morato, jefe de la «Patrulla Azul» la Cruz Laureada de San Fernando por su participación en los combates aéreos.

Los flancos nacionales, Pingarrón y Marañosa son atacados intentado vencer sus resistencias, pero el frente se sostiene con fuertes pérdidas para ambos.

A las 23,00h de la noche, Líster vuelve a atacar el Pingarrón logrando desalojar las posiciones avanzadas nacionales, dando la sensación de haber conquistado el Vértice, cosa que no era así en realidad.

Trinchera republicana
Trinchera republicana

19 de febrero

En este día Asensio le pide al comandante Zamalloa que ha de recuperarse la avanzadilla del Pingarrón. El cmdte le pide una compañía del II Tabor de Ceuta. Al final de la tarde solo quedan ilesos 20 soldados de los 120 hombres del Tabor pero la posición después de tres intentos se reconquista.Hasta 16 heridas de bala tiene Zamalloa, que por su acción le es concedida la Laureada de San Fernando y la Medalla Militar Individual en 1940.

20 de febrero

En esta jornada va a ser el espolón de Vaciamadrid quien sufre un durísimo asalto de la infantería republicana de la Agrupación Modesto, que previamente ha bombardeado durante tres horas, desde las 7:00h.

El espolón está defendido por la VII Bandera de la Legión de la I Bgda de Rada. La 23ª cía ha aguantado con solo un oficial, dos sargentos y doce legionarios. La 25ª cía ha tenido 120 bajas entre muertos y heridos, con lo que prácticamente se queda en cuadro. Han tenido que acudir a la defensa los mismos cocineros, sustituyendo paletas y cacerolas por el Maúser español, así como los zapadores. que habitualmente se dejaban caer por el sector para fortificar por las noches.

Todos ellos son condecorados con la Medalla Militar Cilectiva, a la actuación de la VII Bandera.

La presión sobre Pingarrón es muy pequeña y cada vez se va notando más el agotamiento físico de ambos contendientes. Se contabilizan 202 bajas entre los nacionales.

21 de febrero

Atacada toda la línea nacional en el frente del Jarama.

A las 2.00h los republicanos atacan violentamente con artillería el espolón de Vaciamadrid, de igual manera se bombardea las columnas de Asensio, Barrón y García Escámez.

Líster ataca con sus hombres el Pingarrón, logran penetrar entre las líneas nacionales y llegar al puente de San Martín de la Vega amenazando así la cabeza de puente nacional que se ve seriamente amenazada. El Pingarrón aguante 4.000 disparos de la artillería de Líster del 10,5cm y del 7,5cm.

La defensa es también enérgica y dura, logrando aguantar y sostener el frente. Han tenido a los republicanos a 60 metros de sus trincheras pero finalmente los han rechazado haciéndoles dejar 200 muertos tendidos sobre el terreno, la mayoría producidos por el fuego artillero propio al intentar regresar a sus líneas de partida.

En la orilla izquierda del Jarama 32 tanques rusos T26B buscan dar el golpe definitivo, y esperan la incorporación de la infantería republicana, que no se produce. La artillería de Varela que había desplazado previamente abre fuego dejando a seis de ellos ardiendo en el campo de batalla. Los demás se retiran prudencialmente.

Los nacionales han tenido en el día 150 bajas

22 de febrero

Esta es una jornada de calma tensa. El día anterior han estado llegando camiones con refuerzos nacionales a Leganés y Getafe. que serán importantes para el desarrollo final de la batalla.

Se intenta a las 16:00h un nuevo asalto de Líster sobre el Pingarrón que es abortado nada más iniciarse por el eficaz fuego de la artillería nacional sobre las concentraciones de tropas republicanas en su zona de inicio.

López Muñiz escribe textualmente al respecto:

«Ese mismo día 22 el general Varela, que sostiene constante y permanente enlace con los jefes de la columnas, realiza, en compañía del Cl. Asensio, un detallado reconocimiento del flanco derecho, considerado como el punto débil de nuestro despliegue. La escasez de fuerzas no ha permitido guarnecer sólidamente el sector que desde el Pingarrón va a caer sobre el Jarama, frente a San Martín de la Vega. Sobre el propio terreno se eligen las posiciones y se refuerza la línea con una de las unidades de reserva enviadas por el generel Orgaz. Esta decisión tiene incalculables consecuencias en los acontecimiento posteriores».

23 de febrero

Se puede decir que es el día más compromtido para el Pingarrón. Miaja lanza todo lo que tiene para su conquista. Desde las 8:30h de la madrugada comienzan a bombardear a las tropas de Asensio hasta las 9:00h. Se calcula en cerca de 4.000 obuses los que son lanzados contra el Pingarrón a lo largo de esta jornada.

Poco después del amanecer Asensio llama a Varela aunciándole que el enemigo atacaba con intensidad el Vértice. Varela sale para el puesto de mando de Asensio, siempre con la idea de acudir a los lugares de máximo riesgo.

A las 9:00h la infantería republicana se lanza con decisión a conquistar el Pingarrón, donde los soldados nacionales del II Tabor de Ceuta resisten como pueden aquella oleada de fuego. Zamalloa recibe hasta 9 heridas en esta jornada negándose a ser evacuado pero reducidos a un puñado de hombres, ceden terreno, que es inmediatamente recuperado por el contraataque del I Tabor de Regulares de Tetuán, que acudía desde la reserva y un batallón gallego

Los combates duran todo el día 23; ataques rojos y contraataques nacionales, uno tras otro; las reservas acuden a taponar como pueden; defensores al límite y oleada tras oleada de atacantes.

Se comenta en el lado republicano que la posición es ganada por tres veces y otras tantas perdidas; desde el lado nacional se habla de haber perdido las posiciones avanzadas del Pingarrón, no el vértice.

Zamalloa es retirado sin conocimiento. Se le llegan a contabilizar 16 heridas de guerra, 9 de ellas recibidas en solo esta jornada. Ha cumplido lo prometido a Asensio, que mientras él estuviese en pie la posición no caería. Le sustituye el Cmdte León.

Se conserva aún hoy una placa en el lugar que conmemora este día y la hazaña de Zamalloa. La gente que se deja caer por allí no es bien recibida (Pingarrón es una finca privada hoy en día). De hecho dos enormes perros vigilan para que nadie intense siquiera acercarse. Un amigo mio y yo mismo osamos meternos, llegamos al vértice geodésico, sin encontrar ninguna huella apreciable de la guerra. Trincheras muy desdibujadas y ya en lo alto del cerro un guardés con malas pulgas nos invitó a marcharnos, con los enormes perros gruñendonos en los tobillos. No aconsejamos dejarse caer por allí. La placa no la vimos y si hay algo más en la zona no fuimos capaces de encontrarlo, porque tampoco nos dieron opción.

Con las operaciones del Pingarrón terminan las operaciones del Jarama. El mando republicano se convence de la imposibilidad de hacer retroceder a los nacionales al otro lado del río nuevamente y mucho menos de prolongar la ofensiva. Han perdido cerca de 1000 hombres atacando esta posición.

27 de febrero

Los días 24, 25 y 26 no ocurre nada significativo salvo que el día 24 muere un joven odontólogo de apellido Unamuno. El hijo de Miguel Unamuno que servía en las filas republicanas muere en el Jarama.

Apenas hay fuego de fusilería, intercambios artilleros y poca cosa más, hasta el día 27 en que hay cuatro intentos con poco convencimiento de alcanzar la cumbre del Pingarrón.

El general Gal se empeña en atacar la posición a pesar del desgaste físico y psíquico de sus fuerzas. Para ello empeña el Batallón Lincoln que prácticamente a través de un campo de barbecho desprotegido, sin un sitio para guarecerse, son obligados a salir de las trincheras y atacar a pecho descubierto las posiciones de Asensio, lo que les ocasiona 127 bajas en cuestión de dos minutos por el fuego cruzado de ametralladoras y el de la artillería.

Esto provocó una situación más que complicada en las filas republicanas ya que los Lincoln llegaron a amotinarse, de forma que se negaron a seguir combatiendo, dado que consideraron que se les había utilizado como carne de cañón. Y razón no les faltaba.

CONCLUSIONES

  • Las bajas sufridas por los nacionales están en torno a las 7.000 según el historiador Jesús González de Miguel, pero más graves aún si se tiene en cuenta que los soldados de Orgaz y Varela que combaten son la mitad de las fuerzas enfrentadas por Pozas y después por Miaja, que sumaron 35 batallones frente a los cerca de 80 republicanos. Además de eso, los nacionales perdieron buena parte de los jefes, oficiales y suboficiales con amplia experiencia en combate, difíciles de sustituir.
  • Los republicanos tuvieron cerca de 10.000 bajas, con especial énfasis en las filas de las brigadas internacionales, lo que de alguna manera prueba la consideración que tuvo el mando rojo sobre este tipo de tropas, que se utilizaron como fuerzas de choque, y considerado por muchos como auténtica «carne de cañón».
  • De hecho se ha considerado que fue en esta batalla donde los internacionales dieron lo mejor de sí, alcanzando un gran nivel de combatividad, y que ya nunca en la guerra volvieron a estar a este nivel de implicación.
  • El Jarama demostró que la República tenía ya un Ejército capaz de plantar cara a las tropas profesionales de África, poniéndoles en enormes dificultades, y así lo reconocieron en el alto mando franquista.
  • Falló el elemento sorpresa, de hecho ninguno pudo sorprender a su enemigo, hasta tal punto que permitió a los republicanos acumular elementos propios en la defensa de sus posiciones, solo compensado por la mayor capacidad técnica de los nacionales.
  • El Ejército Republicano demostró su gran capacidad de pegarse al terreno y defender las posiciones pero por otro lado sus carencias en ataque, principalmente motivado por la incapacidad y falta de conocimientos técnicos de mandos intermedios y subalternos. También determinados jefes republicanos entre los internacionales de alto rango demostraron sus carencias, lo que motivó el motín de los Lincoln.
  • Participaron enormes cantidades de armas de «última generación»; artillería, con los poderosos cañones de 88mm de la Legión Cóndor; aviación, con la incorporación de los republicanos I-15 «chatos» e I-16 «moscas o ratas», Cr-32 italianos «chirris»; tanques, con el uso del mejor carro del momento en todo el mundo, el T26B de torreta giratoria y cañón de 45 mm, que demostraron su enorme superioridad en el campo de batalla.
  • El resultado de la batalla es considerado por amplios sectores como un empate técnico, sin vencedores ni vencidos, pero con un enorme desgaste humano en vidas.
  • Algunos datos más aportados por José Manuel García Ramírez en su libro «la batalla del Jarama. Febrero 1937» nos habla de las bajas republicanas en detalle:

«..Líster tuvo un millar de bajas; la 17ª vio reducidos los cuatro batallones de que disponía el día 6 a uno el día 19; la 66ª sufriñó más del 50% de bajas; la 70ª más de 1100 muertos en un solo asalto, los mismos que la 18ª en el ataque a Ciempozuelos. Las bajas entre los internacionales fueron escalofriantes: el Andre Marty, de 1000 efectivos, 600 fueron bajas; el Garibaldi, 500 de 1000; el Dombrowsky, 600 de 1000; fueron dramáticos casos como el del British, que sufrió 500 bajas entre sus 600 hombres; o el Thaelmann, con 450 de 500, igual que el Comuna de París; o el Dimitroff, con 700 de 800, los mismos que el 6 de febrero. El Edgar André sufrió 300 de 500; el Lincoln 350 de 500. Tal vez la mejor parada fue la XIV Bgda Internacional, que en total sufrió solo 400 bajas».

  • Por último, un apartado para el aspecto romántico de la batalla, que lo tuvo. Algún soldado, con dudas sobre su autor real (el escocés Alex McDade ó Charles Donnelly), escribieron una canción con música de la popular folclórica americana «Red River Valley» y letra basada en la experiencia de la batalla. Fue un himno de los americanos, y por ende, del resto de internacionales combatientes entre los olivares.

 

Bibliografía

  • «La Batalla de MADRID»

          Gregorio López Muñiz. Imp F.G.Vicente. 1943

  • «La Batalla del Jarama»

           Jesús González de Miguel. Ed La Esfera de los Libros». 2009

  • La Batalla del Jarama. Febrero 1937″

          José Manuel García Ramírez. Ed Almena.2007

  • «La batalla del Jarama. Un recorrido historico por los escenarios de la lucha». Asociación TAJAR de Morata de Tajuña. Ed Mº de la Presidencia
  • «La primera batalla moderna se libra en el Jarama. Febrero 1937»

          La guerra civil española MES a MES. Ed Biblioteca de EL MUNDO.2005

 

By Luis Martínez

25 de abril de 2015

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